martes, 23 de mayo de 2017

El libro de Gloria Fuertes.



EL LIBRO DE GLORIA FUERTES. ANTOLOGÍA DE POEMAS Y VIDA, de Jorge Cascante


Esto no es un libro, es una mujer.
Por Joaquín Pérez Blanes (profesor del Dpto. de Imagen y Sonido) 

Me sirvo de un verso de Gloria Fuertes para hablar de este libro. Aunque su forma rectangular, su espesor de páginas, su lomo grueso y rugoso, su cabeza, su pie, su ceja—¿sabían ustedes que los libros tienen partes humanas?—todo ello tiene el aspecto cotidiano de un libro y, sin embargo, su contenido es el de una mujer: poeta—que no poetisa—, oficinista, divertida, amargada, locuela, afligida, mohína, juguetona, florida, pajarera… Pongan un adjetivo y detrás estará Gloria Fuertes. Recobrarla era una necesidad, quizá, incluso, una obligación. Adoramos a tantos poetas masculinos y olvidamos a tantas mujeres poetas que deberíamos sonrojarnos. Suerte que ahora la editorial Blackie Books y la cuidadosa labor de antólogo e investigador de Jorge de Cascante, nos trae este libro desenfadado y sincero sobre Gloria Fuertes a través de la palabra, siempre juguetona, de la propia Gloria.

El libro posee tres virtudes: es la mejor biografía que se puede hacer sobre Gloria, es una antología muy completa y se nota el cariño y, por último, la dedicación en la edición del libro, así que todo son ganancias. Quien conozca la poesía, no solo la infantil, de la traviesa Gloria, puede utilizar este libro para refrescar sus versos y conocer su vida. Recobrar desde los versos más sencillos, que no simplones: “Pienso mesa y digo silla, / compro pan y me lo dejo, / lo que aprendo se me olvida, / lo que pasa es que te quiero”; hasta los más formales: “Algo me pasa que en mi pecho existe. / Vuelan hormigas y discurren peces. / Suena la sangre y el tambor convoca. / Hay un incendio cerca de mi pulso.” No olvidemos que perteneció al postismo—postsurrealismo, para entendernos—sin ser postista, más por su relación directa con el ingenioso e irreflexivo Carlos Edmundo de Ory que por convicción propia. Poco importa, su poesía es inclasificable porque solo Gloria puede ser Fuertes. Ella buscó el verso y el reverso en la poesía y en las palabras buscó el cariño y el significado, jugaba a ser poeta y era poeta de guardia, como ella misma decía.

Además de su poesía, este libro nos ofrece luz sobre su vida, un ventanal luminoso por donde transitan sus amores verdaderos, dos mujeres, también sus vicios, el alcohol y el tabaco. No debe sorprendernos nada de lo que puede leerse sobre su vida, fue un ser excepcional y como tal no pudo transitar los tonos medios de la vida, anduvo bordeando los límites, recorriendo acantilados. Unas veces voló, así fue en el amor, otras veces cayó, frágil, en picado, como ocurrió con sus vicios mundanos.

Gracias a este libro, recobramos sus versos y nos inmiscuimos, por primera vez, en su vida personal, de una manera honesta, sin ambages, no solo a través de sus palabras o las de Jorge de Cascante, también a través de innumerables fotos.

Nos quedan sus palabras y a algunos, ya más talluditos, nos queda toda una infancia cantando a voz en grito “un globo, dos globos, tres globos…”


Enlace del libro aquí 


miércoles, 10 de mayo de 2017

Los desposeídos

LOS DESPOSEÍDOS, de Szilárd Borbély
Por María Díaz (prof. de Lengua Cast. y Literatura)

En esta novela, un niño de 10 años desgrana recuerdos de su vida en un pueblo húngaro cerca de la frontera con Rumanía y Ucrania. Nos sitúa en la década de los 60 hasta 1973, fecha en que se muda de casa con su familia. El fresco que compone de su tiempo trasciende lo puramente histórico. Las alusiones a la Hungría del periodo de entreguerras y posteriores se justifican por ser el telón de fondo que el niño necesita para retratar a los personajes de su entorno (judíos, kuláks, exiliados, etc.), en un intento conmovedor de explicarse el mundo que le ha tocado vivir.  

El acierto de la novela reside, a mi juicio, en el punto de vista narrativo infantil y en el tremendismo de sus relatos en tiempo presente. Con estos ingredientes, el autor consigue conmover y estomagar al mismo tiempo: el niño ha madurado demasiado pronto a fuerza de miseria, crueldad y exclusión social; ha comprendido antes de tiempo que la vida no es nada fácil para los desposeídos y que la filiación política, étnica y religiosa determina el lugar que cada uno ocupa en el mundo. Enternece que todavía conserve, limpia de resentimiento y odio, la mirada.

La vida dentro y fuera de su casa es muy dura y deshumanizada. No son buenos tiempos para la lírica y lo urgente para él es evadirse como sea. Cuando el maltrato animal se incluye en los pasatiempos infantiles, cuando todo el mundo escupe porque no se aguanta, cuando a los niños se les prohíbe hasta soñar metiéndoles un gato muerto bajo la almohada, cuando se hurga con delectación en los vientres putrefactos de animales muertos, cuando uno se imagina muerto demasiadas veces, etc., entonces es cuando el niño recurre a sus pensamientos para evadirse y a su manía de dividir números primos, con los que se identifica por ser diferentes y solitarios. Quizás pretenda también, sin saberlo, conjurar los separatismos de su país.  

Cuando se cierra la novela, se siente por estos desposeídos el mismo respeto que nos infundió el personaje de Pascual Duarte en la obra de C. J. Cela. Claro, que desde la tranquilidad y distancia de nuestros sillones, esto es fácil.